
Creemos que fortalecer el amor propio es ponernos siempre en primer lugar. Y sí, es bueno sanar y amarnos, pero cuidado: si solo nos ponemos de primero y nos olvidamos de los demás, corremos el riesgo de quedarnos solos. Entonces, ¿Dónde está la línea entre amarme y ser egoísta?
Debemos ser nuestra prioridad, sin duda. Ponernos atención a nosotros mismos nos permite resolver lo demás de mejor manera. Pero no olvides …
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Este es un mandamiento de la biblia y define muy claro, como debemos interactuar con los demas. No dice “más” ni “menos”, dice amarnos y cuidarnos como cuidaríamos a otros y viceversa
El amor propio no significa olvidarse del mundo. Dejemos de disfrazar el autocuidado con egolatría, el poner límites con transgredir y el narcisismo con empoderamiento. Como decía Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz.” O lo que es lo mismo: mi libertad termina donde empieza el daño a la tuya.
Sanar es reconocer que nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero eso no nos da derecho a decir: “yo soy así» y no importarnos los demás. Somos seres sociales: necesitamos a otros, a nuestras personas importantes.
Sé que puedes pensar: «algunos no han estado para mi», y tienes un muy buen punto, pero sanar es también aprender a no ser como ellos.
No tenemos que hacer lo mismo que los demás. Como decía mi madre: “Si tus amigos se tiran de un puente, ¿vas tú detrás?” Pues no, verdad… (Tita, honestamente, hay mucha probabilidad de que yo hubiera planeado aventarnos 🫣, tú hiciste una líder. 🤭)
No todo el mundo tiene la capacidad de cuidar y sanar, y tampoco es obligación de nadie cuidar de otros. Nadie puede nadar por nosotros (lo platicamos antes). No estamos obligados ni somos responsables de la vida de los demás, pero sí debemos evitar que nuestras actitudes los dañen.
Y no te preocupes por quién no quiera o no pueda estar, cuando llevamos un proceso sano de mejora, permite que las personas correctas lleguen a nuestra vida.
Recuerda: si quieres mariposas en tu jardín, planta flores. Si dejas basura, llegarán moscas.
Sanar no es elegir entre tú y los demás. Es ser consciente de ti y de lo que te rodea.
En mi propio proceso he buscado como sanar sin afectar a otros y encontré algunos pasos que pudieran ayudar. Si me conoces y crees que no los he aplicado, ofrezco una disculpa de corazón. Lo estoy intentando.
Te comparto lo que he encontrado en varios lados y espero que estos tips, puedan ser de utilidad para ti:
1. Prioriza tu autocuidado, no el aislamiento: Dedica tiempo a tus necesidades (sueño, alimentación, ejercicio, terapia), pero mantén los canales de comunicación abiertos. Es bueno decir “Necesito una noche tranquila”, no “Voy a desaparecer sin avisar”.
2. Establece límites claros y compasivos: Define qué necesitas y qué no tolerarás. Por ejemplo, “Necesito no hablar de este tema por ahora” o “ no tengo energía para una llamada”. Los límites protegen, no castigan.
3. Asume tu responsabilidad, suelta la culpa a otros: Enfócate en lo que puedes controlar: tus reacciones y tu proceso. No culpes a otros por tu dolor.
4. Comunica desde “yo”: Expresa tus sentimientos sin acusar. En lugar de “Tú siempre me haces sentir…”, di “Yo me siento triste cuando…” o “Necesito espacio para procesar esto.”
5. Acude con profesionales: Un terapeuta es el lugar más seguro para desahogar emociones intensas sin sobrecargar a amigos o familiares.
6. Se honesto sobre tu proceso, pero respeta la participación de otros: Comparte tu progreso o tus luchas, pero acepta que otros pueden no estar listos para acompañarte en cada paso.
7. Practica la empatía: Recuerda que todos lidian con sus propias luchas. Tu proceso no anula la necesidad de ser amable con los demás. Tu dolor no puede invalidar el dolor de los demás.
8. Pide perdón cuando te equivoques: Sanar incluye errores. Una disculpa sincera y el compromiso de mejorar fortalecen tus relaciones.
9. No uses la sanación como excusa: No justifiques comportamientos hirientes diciendo “estoy sanando”. La sanación debe hacerte más consciente y amable, no al revés.
10. Acepta que el cambio asusta a la gente: A medida que sanas, algunas relaciones cambian o se alejan. Es natural. Permite que los demás se ajusten a la nueva versión de ti.
Sanar requiere valentía y es un acto de amor propio. Pero cuando se hace con conciencia, también se convierte en un acto de amor y sanación hacia quienes nos aman. Sanar es sembrar raíces, no levantar muros
El verdadero amor propio no aísla, conecta; no separa, transforma.
Tomar en cuenta a los demás, no es un tema de validación o de querer que nos amén, es responsabilidad afectiva, es respeto y solidaridad
Así que no olvidemos: sanar no es elegir entre tú o los demás; es aprender a amarnos sin dejar de amar al mundo que nos rodea.
Gracias … Totales. Por ser parte de este blog, por sus mensajes, por el apoyo, por suscribirse, por compartir y hacer que llegue a más personas. Deseo de todo corazón que pueda servirles.
Gracias por todo y por tanto ❣️.
Un abrazo grande con mucho cariño.
María ✨📚💕🍀
Sígueme también en redes sociales 🙏🏽
Replica a María Q.✨️ Cancelar la respuesta